DegorazZ
Comandante
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 |  Tema: Raskulls: Análisis  Jue Ene 20, 2011 2:09 am | |
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Así, encontraremos en sus diferentes capítulos pruebas tanto de habilidad a los mandos como de ingenio. Carreras frenéticas, laberintos de bloques donde tendremos un número de disparos limitado para llegar a la meta, o pruebas vertiginosas donde lo importante será no quedarnos sin frenesí, una especie de turbo que nos permitirá ir más rápido y destruir bloques a mayor velocidad.
Todas combinadas hacen de Raskulls un título más que variado, aunque a partir del capítulo 2 no dejará de repetir el mismo concepto una y otra vez, y cada vez importará más la pericia del jugador que la sorpresa. Así que, para aderezar el conjunto, todo se ha condimentado con unas secuencias que no se podrían clasificar de otra cosa que de encantadoras. Y es que, por mucho que resulte extraño su concepto artístico (no dejan de ser una especie de calaveras super-deformed que se disfrazan de clichés populares y de cuentos de hadas) lo cierto es que funciona y más de uno soltará una sorprendente sonrisa. A destacar un momento en que Caperucita nos abandona por un ricachón y una pantalla de Game Over nos da dos opciones: “lloriquear como una niña” o “seguir con nuestra vida”.
Dentro de este mundo, en el modo Historia seremos un único personaje (por ejemplo, en el capítulo 1 un dragón, en el capítulo 2 un ninja…) aunque nuestras habilidades no cambiarán lo más mínimo. Sin embargo, en el modo multijugador es donde todo el carisma de los personajes cobra más sentido, pudiendo escoger entre magos, piratas, patos, caperucitas rosas… y muchos más que desbloquearemos si somos capaces de conseguirlos en los desafíos que oculta el modo Historia, y ya os aseguramos que no serán nada fácil a medida que vayamos avanzando en ellos.
Aun así, las reglas lógicas de Raskulls no permiten que la matemática de los bloques llegue a un nivel de dificultad que ralle el extremo, debido a que, en su variedad de pruebas, unas nos exigen que vayamos con cuidado de cuál es el siguiente bloque a romper, y en otras, simplemente, serán un mero impedimento para que avancemos, sin importar el color, lo que provoca un poco de aleatoriedad a la hora de enfrentarnos a ella y que puede pasar un poco de factura en el modo multijugador, donde el usuario no vea claro el camino a seguir y sencillamente reviente bloques sin parar esperando a que su rival encuentre más trabas por el camino.
Y es que el multijugador será sin duda el desafío más extremo, cuando el modo Historia empieza a tornarse algo repetitivo y el encanto que afloran los personajes y sus historietas empieza a decrecer. Tendremos todas las opciones, desde el multijugador local hasta la batalla online que funciona fluida en los momentos en que logramos encontrar a alguien con quien jugar, ya que Raskulls no es que sea todo un afluente para el núcleo de jugadores online.
Basado en el concepto de mundos de un Super Mario Bros., con varios niveles en cada capítulo, en los que hay cada vez más secretos ocultos, desafíos extremos y puertas que no podremos cruzar si no tenemos las suficientes monedas, Raskulls se mueve por el pantano de los juegos híbridos con maestría. Una mezcla de plataformas, con puzle, con habilidad a los mandos, y unas gotas de acción que encaja perfectamente con el concepto y el formato Arcade de Xbox. Su mezcla de 3D con 2D en un entorno de colores idílico lo hace muy apetecible. Poco a poco, te darás cuenta de que dominas su técnica sin prácticamente un tutorial que te haya entorpecido los primeros niveles, y sobre todo disfrutarás su primer mundo con unas ganas de seguir adelante que no esperabas ante un juego sin muchas pretensiones. Como decimos, poco a poco estas ganas e ilusión van disminuyendo y es el momento de recuperarlas con el modo multijugador. Si te funciona, tendrás un rompebloques para mucho tiempo, si no, al menos tus 800 puntos ya han obtenido su resultado.
NOTA FINAL: 7
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